El Tête de Moine, también conocido como Monjes de Jura, es un queso suizo originario de la región de Jura, en el cantón de Berna. Se caracteriza por su forma cilíndrica y su elaboración a partir de leche cruda de vaca.
Este queso se produce en pequeñas ruedas de aproximadamente 800 gramos de peso. Su corteza es de color amarillo claro a pardo, con una textura suave y algo grasosa. La pasta del Tête de Moine es de color amarillo marfil, su textura es semi-dura y suele presentar pequeños agujeros distribuidos de manera uniforme.
Una de las características más distintivas del Tête de Moine es su forma de consumo. Tradicionalmente, se utiliza un utensilio especial llamado girolle para rallar el queso en finas rosetas. El acto de rallar el queso en espirales finas es considerado una ceremonia y se cree que mejora el sabor y la experiencia de degustación.
En cuanto a su sabor, el Tête de Moine es conocido por ser ligeramente salado y tiene un gusto suave, agradable y almendrado. A medida que el queso envejece, su sabor se vuelve más pronunciado y picante.
El Tête de Moine es un queso muy apreciado en la cocina suiza y se utiliza tanto en platos fríos como calientes. Se puede disfrutar solo, con pan crujiente o se utiliza en la elaboración de fondue y raclette (otro queso suizo derretido).
En resumen, el Tête de Moine es un queso suizo de origen Jura, caracterizado por su forma cilíndrica, su sabor suave y almendrado, y su consumo en finas rosetas. Es una delicia gastronómica muy apreciada en Suiza y en todo el mundo.
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